miércoles, 9 de marzo de 2011

Escritos encontrados (autor: Toco Mocho)

                                                      I


Y cuando el sol me duele en los ojos, camino tambaleante por las veredas y la mañana. La camisa desabrochada hasta el segundo botón y esta especie de mocasines raros. Con las llaves en la mano (a veces me gusta hacerlas tintinear entre mis dedos).
He sacado a pasear el perro, un sábado por la mañana, soy el viejo mas joven del mundo!.Una vecina señora sale con su vieja madre ( de bastón, pelo blanco, todo) y me mira todo desalineado y comenta, para que yo la escuche ,  algo de que como puede ser posible que dejen la puerta abierta del edificio (ella no sabe que soy vecino, se atemoriza porque me ve todo desalineado). Con la ropa de ayer, mas que un madrugador parece que viniera de una juerga (y de hecho podría decirse eso pero ya he dormido algunas horas). La cuestión es que pasa a mi lado entonces yo cierro los ojos suavemente y alzo la cabeza y me balanceo cómodamente sin perder el eje de gravedad mientras pasa a mi lado.
Mis ojos no soportarían cruzar la mirada con esas viejas tan feas, ni siquiera podría sostenerle las pupilas medio segundo, mis ojos no tienen tanta fuerza ahora.
Y entonces yo simplemente me balanceo y dejo que pasen, después sigo caminando pesada y lentamente con mi actitud de ochenta años.
Soy el viejo mas joven que conozco.

                                                                    

                                                      II

Mis huesos crujen cuando me siento y agarro el vaso de vino de una manera especial de viejo.
Con mi cuerpo cansado tirado en una silla y mis piernas firmes ,pero bien abiertas, y mis brazos extendidos y apoyados en la silla.: “Así es como debe sentarse un hombre!” .
Deberías verme, tengo gran actitud. La camisa desprendida hasta el segundo botón y mi cuerpo cansado y contento y mi risa de hombre de cuarenta años. Llevo la pesadumbre del día a la mesa del bar en mi cuerpo-tomo vino y sostengo charlas muy interesantes sobre  la vida y el arte y todo lo demás -y espero ansiosamente tener que usar bastón (todavía no se que voy a hacer cuando tenga realmente esa edad)
Escribo poemas para ganar dinero, pero no consigo siquiera solventarme ni la tinta ni el papel.
Y escribo poemas , poemas diferentes, por ejemplo el de la mañana- con los ojos hinchados y la mano torpe y despreocupada, relajado, cansado, ni siquiera veo lo que escribo (después tomo mate mientras mi cuerpo dolorido se recompone).
O el poema del colectivo- este es mas un juego-siempre rápido y contando lo que pasa , o donde voy o el trajinar de la vida cotidiana Con letra indescifrable que siempre terminan abruptamente o quedan inconclusos porque llegue a destino (sucede a veces también, que me paso varias cuadras por acabarlos)
¿Y el poema furioso? En cualquier parte y a cualquier hora , que debe ser sacado, vomitado,y urge en el estomago, en el pecho ,el paladar y la lengua y...aaah! que no encuentro papel y la birome no me anda. 
O el otro, “El poema infinito”, nunca escribi el poema infinito. Es el gran monologo-ensayo-poema-cancion que en mi cabeza va saliendo mientras TODO, es decir, mientras camino o viajo o trabajo o TODO. Este sea , tal vez, el mejor de todos (sin que valga la redundancia),  en los demás me preocupo de si están “bien” o “mal” o que se yo. Pero en este no, es un gran torrente de pensamiento y palabra y  realmente creo que fisiológicamente  son los mejores. Pero lanzarlos al exterior seria también acecinarlos. Ni uno solo de ellos pudo jamás cruzar el umbral de mi boca o llegar a mi birome.
Están ahí , son hermosos. Pero intentar parirlos al mundo exterior es  abortarlos.



                                                       III


Soy un poeta. Aunque cada vez me cuesta mas –ser todo el tiempo un poeta-Pero esos si, tengo tobillos de poeta y muñecas de poeta, tengo en los oídos kilos y kilos de cera de poeta y entre los dedos de los pies,  mugre de poeta, sobacos poéticos tengo,  tengo uñas de poeta (las de los dedos de los pies son mas de poeta que las de las manos) y tengo también por supuesto anteojos de poeta.
Pero mis anteojos no son “de poeta”, mis anteojos negros son “los anteojos del poeta”. Muchas veces , no siempre, no voy a ser tan místico, no puedo escribir una sola palabra si no uso esos estúpidos anteojos, porque ellos son “los anteojos del poeta”. Y fíjese que yo digo “del poeta” y no “de poeta”. Si fuesen “de” poeta, serian tal vez remplazables , pero son “del” poeta. Y  los debo seguir usando aun cuando tengan un modelo muy feo y pasado de moda (en verdad no me gusta como me quedan) y el lente izquierdo este rajado. A menudo mis amigos me dicen de ridículo que son horribles , que los tire y yo trato de explicarles que no es una cuestión de belleza, estética , ni mística. Que simplemente es cuestión de funcionalidad, porque son “del” poeta y no “de” poeta. Puedo cambiar la birome (me gusta la bic negra trazo grueso) pero con cualquier cosa, puedo escribir, aunque lo motriz tiene que ver mucho en este asunto, lo motriz tambien digo tambien , no solo condiciona al momento de escribir. Pero aun asi y en ultima instancia yo podria escribir con cualquier cosa y hasta con la otra mano e inclusive con la mano de otra persona en el caso de que me sea prestada. Pero los anteojos son irremplazables.










                              Barrio Don Orione –algún momento de 2006

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